martes, 24 de mayo de 2016

Cinco

El número cinco siempre ha sido mi favorito. Incluso una vez, de jovenzuela, robé la placa del bus de la linea 5 de Madrid (te acuerdas, Juan?), es lo que tiene ser rebelde, me bajé del coche en un semáforo y saqué mi trofeo, con un par! Lo guardé durante años... se debió perder en alguno de mis traslados, junto a la caja de las mariposas en el estómago. 

Estos días, muy a mi pesar, estoy peleada con el numerito. Acaba de hacer cinco años que vimos a Xavi por última vez y encima vuelve a ser lunes 23 de mayo (2+3=5 del mes 5 y ya hace 5) Si rizamos el rizo Xavi tenía 32 (3+2) y si sumamos la fecha completa también da 5 (23+5+2011)!! Querido cinco, qué me estás haciendo??

Ganas de dividirme en dos, estar alegre y celebrar cumples al tiempo que dejo salir ese residuo de dolor intenso. Mayo es un mes de contrastes, muchos cumpleaños de hijos, sobrinos, amigos.

Estoy melancólica, tristona... escapándoseme lágrimas suaves con esa sensación como de vacío en las entrañas. Con ganas de sol y de soledad. De silencio acompañado del sonido del mar... 

Hace poco una persona muy especial me dijo que tengo muy "aceptada" la muerte de mi hijo. Si aceptar equivale a seguir viviendo, recuperar poco a poco ilusión (aunque sea diluida), motivarme, cabrearme menos... entonces se puede decir que sí. Un sí relativo porque, esporádicamente, la punzada de añoranza se empeña en clavarse hasta cortarme la respiración. 

Aprender a vivir sin la presencia física de las personas amadas es duro. Nuestra mente, emociones y sentimientos se alojan en nuestro cuerpo. Nos acostumbramos a vivir en formato persona de carne y hueso y cuando eso se acaba hay que tirar de creencias o de la falta de ellas pasa asumir el 0 

Poco a poco, despacito y con buena letra, incorporamos su esencia (la porción que nos corresponda) haciéndole un hueco para acoplarla a la nuestra y con esa amalgama recuperamos gran parte de lo que somos. Entonces el alma se ahueca para sostener al corazón agrietado.

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Lo anterior lo escribí hace dos o tres días. Ahora os cuento que mis hijos, nieta y bisnieto nos hemos acompañado todo el día para sumar algo de dulzura a la dureza de la fecha (mi nieto y mi hermana (y sobri) desde la distancia). Es que estar juntos me ayuda a ser valiente para seguir adelante.

Gracias amigas/os por estar cerca y gracias también a todas las personas que nos habéis llamado, whatsapeado o facebookeado dándonos ánimos y recordando cariñosamente a nuestro Xavi. La verdad es que reconforta comprobar cómo sigue estando presente en tantos corazones. 

Habéis escuchado la canción de Elena?? Os la recomiendo, es preciosa!. 


Xavi, hoy también te quiero... hasta el infinito.

(Tu pequeño mini-abeto está brotando, lleno de vida).